Las
ciudades cambian continuamente su imagen, muchas veces a través de proyectos
urbanísticos, pero ocasionalmente la imagen de la ciudad se ve modificada por
una intervención artística que no sólo la embellece plástica y estéticamente,
sino que además genera una conciencia, individual y colectiva, que conecta a
quienes habitan la ciudad con la ciudad misma.
Así, el arte mural o graffiti
pueden convertirse en una herramienta artística y social que mejore o
transforme la imagen de un lugar concreto, haciendo que éste sea más
transitable y respirable, a la par que se puede tornar como una seña de
identidad de quienes habitan el lugar y del lugar mismo, procurando nuevas conciencias
patrimoniales, nuevas sensaciones, nuevas relaciones para con la ciudad.
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